Manuel Moya: El cierre de Abornasa y sus 43 trabajadores al paro precisa muchas explicaciones de EUPV-ERPV

Crevillent ( 16.10.2015) .- El Portavoz adjunto del PP Manuel Moya ha respondido al concejal de EUPV-ERPV Vicente Selva, sobre el tema del cierre de Abornasa . Moya afirma que a este grupo le toca estar dando muchas explicaciones porque una actividad que está funcionando desde el año 1972, debido a su grupo municipal, tiene que cerrar sus puertas y dejar en la calle a 43 trabajadores que de manera directa prestaban sus servicios en Abornasa.

El Portavoz Adjunto del PP indica que ahora lo podrán vestir como quieran, la culpa como siempre intentarán que sea del Alcalde y del PP, pero la realidad es mucho más sencilla y cruel: 43 familias, la mayoría de Crevillent, al paro.

Según Moya argumentan que se gana en salud cuando nunca han habido reclamaciones de los vecinos desde que en el año 1992 la propia empresa clausuró el quemador de basuras y Abornasa se convirtió en una planta de reciclaje y transferencia, no hay que confundir con un vertedero, como hacen interesadamente desde ciertos posicionamiento políticos de la izquierda para condicionar la opinión de los ciudadanos.

Para aliviar su cargo de conciencia con el cierre, el sr. Selva, de EUPV-ERPV, dice que la sentencia no obliga al cierre sino al traslado, cuando todos sabemos que trasladar una actividad de estas características, obliga al cierre de la planta.

Según la empresa, está en vigor la autorización provisional de la Conselleria ya que todavía continúa abierto el trámite para la obtención del permiso ambiental que está condicionado por la adopción de medidas que preserven el alto valor paisajístico de la zona.

Manuel Moya indica que las consecuencias económicas para el Ayuntamiento de Crevillent, es decir, para todos los crevillentinos, son muy graves porque supone una mayor coste de cerca de 150.000€ cada año y, al menos, el Alcalde y el Gobierno Municipal del PP tuvimos la precaución de permanecer incluidos en el Consorcio Comarcal de Residuos y ahora podemos depositar los residuos domiciliarios en la planta de Elche, cuando otros municipios de la Vega Baja están teniendo dificultades en el depósito de sus basuras y el coste que tienen que soportar es todavía más elevado que el de Crevillent.

En definitiva Moya señala que si no había problemas de salud, si el precio era más económico para los crevillentinos, qué necesidad había de producir estas graves consecuencias, a las que habría que añadir la pérdida de 43 puestos de trabajo directos.

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