Junio de 2017.- En el Pleno ordinario del pasado lunes 26 sucedieron una serie de cuestiones que vuelven a poner de relieve dónde fija sus intereses cada grupo político de nuestro consistorio. Mientras que algunos parecen empeñados en perder tiempo y esfuerzo en luchas partidistas, alejadas de los intereses reales y cotidianos de los crevillentinos; otros pretendemos mejorar de forma real y efectiva la vida de nuestros vecinos.
Así, en la nueva Ordenanza de Transparencia, nuestra compañera y concejal Lelia Laura Gomis exigía a través de unas propuestas dirigidas al resto de miembros de la corporación una serie de medidas que refuerzan la transparencia y la participación ciudadana, entre las que destacamos: que se recoja claramente como principio fundamental el de la transparencia “en virtud del cual toda información pública debe ser accesible para el ciudadano”; y que los vecinos tengan derecho a realizar ruegos y preguntas y a ser grabadas sus intervenciones, en los plenos municipales en las mismas condiciones y con los mismos derechos que el resto de representantes públicos.
En otro orden de cosas, en lo que respecta al cobro de tasas a los bancos por los cajeros automáticos ubicados en la vía pública (como ya se hace en otros municipios de toda España), nuestra concejal exigió que se tuvieran en cuenta dos puntos esenciales para llevar a cabo esta propuesta y que beneficie de forma real y directa a los vecinos. Una primera medida es que se recoja de forma clara la prohibición de que las entidades bancarias repercutan esta tasa en sus usuarios (que los vecinos no sean los que la acaben pagando); y la segunda, en cuanto a los beneficios que pueda generar esta tasa para las arcas municipales, exigimos que vayan íntegramente destinados a un bien social, directamente a las familias de los/las crevillentinos/-as, para lo cual se apuntó además por parte de nuestra concejal la necesidad de una coordinación entre las comisiones de hacienda y bienestar social.
Desde Vecinos por Crevillent (VxC) consideramos la transparencia y la consecución del mayor bienestar social posible, como los dos ejes conductores que deben regir todo ayuntamiento y toda administración pública.
