El pasado viernes 22 por la mañana tuvo lugar la declaración que como imputado César Augusto Asencio debía contestar por los delitos de prevaricación, delitos contra el medio ambiente y exacciones ilegales por los que se le acusa. El alcalde de Crevillent relató a los medios cómo de tranquilo llegaba a los juzgados y su predisposición a explicar todo lo necesario. No obstante la realidad fue otra muy distinta. Ante la juez, el Sr. Asencio, se negó rotundamente a contestar la batería de preguntas que tenía preparadas la parte demandante encarnada en el Observatorio de la Ciudadanía Contra la Corrupción. Tal fue la negativa que no quiso ni decidir cuáles contestaba y cuáles no, sino que se acogió a su derecho para no tener que escucharlas y no poder así el abogado del Observatorio reproducirlas.
Para L’Esquerra esto demuestra la doble cara de este señor quien de cara al público y a los medios de comunicación dice estar predispuesto a dar explicaciones, pero a la hora de la verdad evita cualquier pregunta que le pueda incomodar. Una manera de actuar que nada tiene que ver con alguien dispuesto a ofrecer una total transparencia y sin nada que temer. En su contra, cabe destacar la campaña de difamación permanente a la que sigue sometiendo al funcionario que se atrevió a denunciar su mala praxis, al extremo de injuriarlo públicamente.
En definitiva, César Augusto Asencio ha perdido una oportunidad excelente para demostrar que no haya dudas sobre su gestión y ha pasado por los juzgados como el alumno que acusa al resto de que le tienen manía, mientras descargaba cualquier posible responsabilidad de su imputación en los técnicos del Ayuntamiento.
La estrategia de los abogados del primer edil es la de enrocarse en la última sentencia del TSJ. Una sentencia que para recurrirla la parte demandante debería acudir al Tribunal Supremo con unos gastos que se elevarían a los 10.000 euros como mínimo si se suma lo ya abonado para poder personarse en esta causa.
Este martes declaró pero esta vez en condición de testigo el exinterventor del Ayuntamiento, Fernando Urruticoechea, el cual tuvo que soportar dos aperturas de expedientación por parte de César Asencio, todas ellas sin recorrido y que quedaron archivadas.
