“No es necesario un debate para que la opinión pública sepa el trato que reciben de algunos policías”, así empieza nuestro concejal de policía, para volver al ataque. Sin embargo, desde las organizaciones sindicales pensamos que es necesario un debate para que la opinión pública conozca las órdenes de servicio los “agentes radicales”. Si el Sr. Moya tiene razón, no tendría ningún inconveniente en que se celebre dicho debate. Afortunadamente las órdenes de servicio se entregan por escrito. Por cierto, nos resulta cómico que la misma persona que es retribuida casi como un ministro de España, acuse de “casta” a los trabajadores.
Desde las organizaciones sindicales lamentamos que el 50º Aniversario de las fiestas patronales de Crevillent, se haya visto empañado por los comentarios de nuestro concejal de Policía, acusándonos públicamente de ser los responsables del entorpecimiento de su celebración. Rechazamos rotundamente que haya existido un enfrentamiento entre el gobierno municipal y las organizaciones sindicales, por el contrario, pensábamos hasta ahora, que las relaciones entre ambos pasaban por su mejor momento, de hecho no habíamos llevado a cabo acción sindical alguna desde hace ya casi un año y nos hemos enterado por los medios de comunicación de que existe “una guerra abierta” entre las organizaciones sindicales y el gobierno municipal. Desconocíamos que existiera tal discrepancia y si ello fuera así, el mejor camino para resolverlo no es fomentar el enfrentamiento de los crevillentinos con su policía.
Diremos que ésta será la última nota de prensa que enviemos a los medios de comunicación, para no provocar una “bola de nieve” y los vecinos, festeros y visitantes se dediquen a disfrutar de la fiesta y no a alimentar en corrillos una polémica que nada tiene que ver con el desarrollo de los servicios policiales o con la negociación de personal, a pesar de que nuestro concejal de Policía pueda publicar en el futuro nuevas informaciones.
Rechazamos de manera rotunda que las organizaciones sindicales hayan utilizado las fiestas patronales para mejorar el convenio colectivo. Cuatro agentes de policía no tienen el “poder” de generar tanto conflicto en todo el municipio y entendemos que es una excusa excelente para contaminar una futura negociación de personal y para desviar la atención de una incapacidad para regular de manera clara el horario de cierre de los establecimientos públicos, que ha provocado el descontento entre los comerciantes.
Tampoco hacemos públicas conversaciones “informales”, ya que si ello fuera así, podríamos decir cómo se despacha no sólo nuestro concejal, sino varios miembros del gobierno municipal, entre los comparsistas en relación a la labor policial.
No es cierto que las organizaciones sindicales no se hayan reunido con el gobierno municipal, en ausencia de los partidos políticos de la oposición. Se han producido dos reuniones en el despacho del Sr. Alcalde y en presencia del Sr. Moya. Una de ellas el día 31 de marzo de 2014 y otra a principios de este año 2015.
El sentido común y la normativa sobre policía dice que este es un cuerpo jerárquico y que los agentes cumplen con las órdenes de servicio que les entregan sus superiores, y que a su vez, éstos reciben del gobierno municipal, y por consiguiente, si los agentes reciben diaria y sistemáticamente, desde hace ya DOS AÑOS, órdenes de control de cierres de establecimientos de la Plaza de la Comunidad Valenciana y sus terrazas, éstos las llevan a cabo, en primera instancia informando y cuando hay quejas vecinales y los establecimientos incumplen con el horario, formulando denuncia al respecto, hecho que ha sido totalmente excepcional. Este hecho es tan evidente que todo aquel vecino que ha frecuentado un local en dicha zona, ha visto como se han congregado multitud de funcionarios de policía, en ocasiones acompañados por el propio jefe del servicio nocturno.
Cuando un agente de policía formula una denuncia, suele generar en el vecino denunciado un malestar propio de una situación “delicada”. Esa circunstancia provoca generalmente una mala opinión del policía. Dicha situación la aceptamos y entendemos que forma parte de nuestro oficio. La novedad aquí es que nuestro concejal de policía utilice dicho malestar contra las organizaciones sindicales.
Lamentamos que los comerciantes se hayan precipitado en las declaraciones hechas públicas y hayan utilizado palabras inapropiadas en las redes sociales, al aceptar que existe un enfrentamiento entre el gobierno y “una parte” de la Policía Local, ya que no han conocido la versión de los sindicatos que representan al 90% de la Policía, y han dado por buena la información proporcionada exclusivamente por el gobierno municipal.
Hacemos hincapié en el hecho de que una gran parte de agentes que formaban parte en el pasado de esta plantilla la han abandonado para marcharse a otros municipios, en busca de mejores condiciones laborales y un ambiente de trabajo mucho mejor del que se puede respirar en este municipio y el que el Sr. Moya no ha sabido o querido que mejore hasta el momento. La formación de cada agente de policía resulta muy costosa para el Ayuntamiento que la soporta económicamente, y ya son muchos municipios los que disfrutan de policías formados en Crevillent y que les resulta gratuita esta formación y experiencia.
Un cuerpo de Policía Local en los tiempos que estamos, en constantes cambios y transformación como requiere la sociedad actual para adaptarse a las demandas de los ciudadanos está quedando demostrado que no puede ser dirigida por una persona con el talante y mentalidad anclada en el pasado como el Sr. Moya.
Dicho esto, y para finalizar, cuando Crevillent necesitó que su Policía Local hiciera un esfuerzo para disminuir el elevado índice de delincuencia que se producía en sus calles y que provocó que miles de personas se concentraran en la puerta del Sr. Asencio, ésta hizo todo lo que estuvo en su mano para que hoy, Crevillent disfrute de la paz social que permite que sus vecinos puedan pasear con tranquilidad por sus calles, y en este sentido, continuaremos sirviendo al pueblo, que se merece ser tratado y con respeto y con la verdad.
