20.01.2017.- El Gobierno Municipal del PP rechaza la prepotencia que algún miembro de Compromís exhibe en sus manifestaciones públicas. No hay intranquilidad, ni nerviosismo por parte del Gobierno Municipal por cumplir la ley, lo que no estamos dispuestos es que de manera torticera se pretenda colar argumentos falsarios y con terminología ya en desuso, más propia de la transición política en la que viven anclados algunos que utilizan la marca Compromis para sus satisfacciones personales, pretendiendo situar al PP fuera del espectro democrático, con juicios de valor que califican a quien los hace.
No hay pretensión de engañar a nadie cuando se propone seguir las pasos que indica la Ley de Memoria Histórica, trasladando toda la documentación necesaria, tanto la del monolito de José Antonio como las denominaciones de las distintas calles que se está estudiando en la comisión informativa de Cultura de este Ayuntamiento. Tal vez exista preocupación en Compromís por la remisión a la Generalitat Valenciana del expediente completo, pero reiterar que allí gobierna el tripartito, del que forma parte destacada Compromís, no se entiende muy bien el énfasis en buscar atajos que después se pueden volver en contra de quien de manera incorrecta proceda a hacer actuaciones que a continuación tiene que restablecer, léase actuaciones del ayuntamiento madrileño que todos conocemos.
En este último comunicado, Compromís mezcla la resistencia a retirar simbología, con la legalidad de resolver alegaciones, lo que produce sonrojo en la tramitación administrativa de los expedientes y, todo ello, adobado con la colocación de etiquetas antiguas y trasnochadas que el PP tenía olvidadas pero que algún recalcitrante militante de Compromís, que no ha sabido superar etapas en la vida política, todavía utiliza. Todo un lujo nada democrático que dice muy poco a favor de quien se pronuncia tan lamentablemente.
Lamentar, aunque no extraña en absoluto, que se profieran las habituales consignas destructivas al adversario, o tal vez ¿enemigo…?, pero hay que insistir en que el monumento a los crevillentinos que sufrieron hasta la muerte en los campos de concentración nazi, es un recuerdo a los republicanos, ahora molesta también que se les incluya en un bando, como si no hubiesen existido bandos en la guerra. A ello se hacía mención en las declaraciones anteriores de dar satisfacción a los republicanos, que hasta esa fecha de 30 de diciembre de 2015, con el voto favorable del PP en el Ayuntamiento de Crevillent, no tenía un recuerdo en ningún espacio público, erigiéndose un monumento que daba respuesta exacta a la moción aprobada en pleno y el PP colaboró en el diseño del monumento con el resto de grupos municipales. No fue una intervención despectiva, como se quiere presentar, sino de respeto y consideración con quienes representan a los crevillentinos dentro de la diversidad democrática que hoy sitúa a Crevillent entre los pueblos más tolerantes.
En definitiva, que hay una Ley que establece el procedimiento a seguir para la retirada de simbología y denominación de calles y que el PP, sin fisuras, está por la labor de que se cumpla la Ley de Memoria Histórica, evitando atajos que se pretenden con mociones al pleno que bordean las garantías que establece la Ley y resulta llamativo que teniendo la Ley, el procedimiento a seguir establecido en la misma, se pretenda iniciar un camino diferente que pudiera provocar los efectos contrarios.
EL 2º TENIENTE DE ALCALDE
Manuel Moya Ferrández.
