Ante las noticias que nos llegan sobre la “Condena firme de un año de cárcel para el arqueólogo de Crevillent por acoso laboral” emitimos el presente comunicado.
En primer lugar, la Asociación Feminista condena enérgicamente este caso de acoso laboral sufrido por una funcionaria, ante el que no podemos ser indiferentes puesto que ha sido una mujer la que ha sido víctima de acoso laboral en el Ayuntamiento de Crevillent. Esta víctima ha tenido una incidencia en su salud ocasionada por este acoso que se considera una de las formas de violencia, en este caso moral o psicológica. En este sentido, consideramos que este funcionario ha vulnerado gravemente los deberes y obligaciones que tienen todos los empleados públicos.
Además denunciamos públicamente el comportamiento de los responsables municipales que no tuvieron la valentía de resolver el asunto por vía interna, ya que se denunció internamente, pero prefirieron derivarlo por vía penal para no tener que tomar ninguna decisión de organización hasta que se pudiera demostrar el acoso. Esto se agrava porque el ayuntamiento tuvo numerosas quejas de otros casos, por lo que cuesta entender que pusieran en duda las declaraciones de esta trabajadora y provocara, no solo que no se pusiera fin a este acoso, si no que ha sido la víctima la que ha tenido que pasar más de diez años de calvario judicial para que se le diera la razón. Por tanto, denunciamos la ineficacia y la mala gestión del equipo de gobierno de entonces, a excepción del apoyo constante de una concejala, que no quisieron resolver este tema por vía interna, dejando a la víctima totalmente desamparada y llegando a apartarla de su puesto de trabajo -dejando al causante de todo esto en su puesto de trabajo-.
Como recoge la noticia que hace referencia a la sentencia firme, son tres los ejes principales de este caso: la violencia contra una mujer -violencia como instrumento de poder de género-, un entorno laboral sexista y además se produjo en un marco de abuso de poder (tanto jerárquico como de género). En este sentido, el acoso vertical se considera más grave que el ejercido entre compañeros/ as, que es este caso, puesto que el acosador se aprovecha de una doble posición de ventaja: la que le proporciona ser jefe -y que de él dependan su continuidad en el puesto, su sueldo y su promoción-, y la que emana de su género.
Por todo lo expuesto, exigimos al Ayuntamiento de Crevillent:
1.- Una condena pública expresa antes estos actos sufridos por una trabajadora.
2.- Un compromiso expreso de erradicar y prevenir cualquier tipo de acoso en el ámbito laboral hacia la mujer, así como que evitar que el entorno laboral no sea sexista.
3.- Un acuerdo en el que se facilite la formación para los empleados públicos que persiga conseguir que estos episodios puedan evitarse.
4.- Que tomen las medidas organizativas necesarias para que estos episodios no vuelvan a ocurrir y que el ayuntamiento de Crevillent sea un ejemplo en el que se erradica cualquier tipo de violencia hacia una trabajadora.
Finalizamos esta declaración dando todo nuestro apoyo a esta mujer trabajadora, mostrándole nuestro respaldo y admiración por la valentía que ha tenido durante todo este tiempo en su lucha porque la verdad salga a la luz.
